Crear un curso online es una manera perfecta para que personas con conocimientos de valor sobre algún tema, puedan utilizarlos para ayudar a otras personas a la vez que consiguen ingresos extra.

Las personas a las que más les puede beneficiar tener su propio curso suelen ser expertos, creadores de contenido, consultores, terapeutas, influencers, etc., que quieren utilizar sus conocimientos para ayudarles a conseguir lo siguiente:

 

  • Posicionarse como experto de referencia en su materia.
  • Lograr una mayor demanda para sus servicios/productos: conferencias, libros, consultorías, etc.
  • Generar una fuente de ingresos compatible con su actividad profesional, pudiendo incluso llegar a sustituirla.
  • Aumentar su alcance hasta personas a las que de otra manera no podrían llegar ni ayudar.

 

Sin embargo, a pesar de que quien se plantea crear un curso online ya suele contar con casi todos los conocimientos necesarios para impartirlo, su creación suele convertirse en un proyecto interminable por intentar crear un curso perfecto y por la falta de metodología en su lanzamiento.

 

Por suerte, el concepto de Curso Mínimo Viable (CMV) prestado del mundo de las startups, brinda la metodología más eficaz para conseguir crear y lanzar un curso online con éxito. Su objetivo principal es invertir el mínimo tiempo y recursos para asegurarnos:

  • Que hay personas dispuestas a pagar dinero por nuestro curso.
  • Que nuestros clientes consiguen resultados.
  • Obtener feedback para mejorar versiones siguientes del curso.

 

Mucha gente cree que debe tener todo el contenido del curso creado antes de su lanzamiento. Sin embargo, el producto que están vendiendo no es el contenido. Lo que están vendiendo es una transformación, no un contenido perfecto.

 

Para lanzar un Curso Mínimo Viable transformacional, lo único que necesitamos es lo siguiente:

  1. Una gran promesa – Lo que los clientes van a conseguir con nuestro curso.
  2. Metas concretas – Los objetivos intermedios que van a alcanzar para llegar a la gran promesa.
  3. Metodología específica – Nuestro sistema y organización para impartir el curso.
  4. Orientación/Coaching – Ayuda directa para que nuestros clientes consigan resultados.

 

En la mayoría de los casos, los formatos más adecuados para lanzar un CMV son sesiones de orientación en grupo (seminarios online en vivo) o talleres presenciales que podamos grabar para su uso posterior. Esto evita tener que crear todo el contenido del curso de antemano, a la vez que el ser “en directo” nos libra de la tentación de querer crear un curso perfecto (y no acabar nunca) antes de publicarlo.

 

Además, la naturaleza tan simple y eficaz del CMV proporciona una serie de ventajas adicionales tanto para nosotros como para nuestros primeros clientes:

  • Genera una sensación de exclusividad/escasez.
  • Permite una atención personal.
  • Conseguimos feedback directo (en ambos sentidos).
  • Tenemos mayor influencia sobre el éxito de los estudiantes.
  • Mayor probabilidad de conseguir casos de éxito.

 

Por esto, si estás pensando en crear tu propio curso online, te recomiendo seguir la metodología del Curso Mínimo Viable para conseguir hacerlo realidad de la manera más eficaz posible.

¡Hasta Pronto!